Pedro Páramo
Tipo de material: TextoDetalles de publicación: México, D. F. Fondo de cultura económica 1975Edición: 13a edDescripción: 128 pTema(s): Resumen: "Las 159 páginas de Pedro Páramo son atravesadas por ánimas en pena, caballos desbocados, prófugos que regresan a su atroz punto de partida. Territorio donde los tiempos y las identidades se diluyen, la novela sigue el curso circular del mito; nada lineal (ninguna trama con sentido de la consecuencia) puede pasar en ella porque sus personajes han sido expulsados de la Historia; encarnan «un puro vagabundear de gente que murió sin perdón y que no lo conseguirá de ningún modo». El dominio de Comala es refractario a lo que viene de fuera; quien pisa sus calles se somete a una temporalidad alterna, donde los minutos pasan como una niebla sin rumbo; los personajes, muertos a medias, carecen de otra posteridad que la queja, los rezos y murmullos con los que buscan salir de ese dañino portento, merecer el polvo que ahogue sus palabras, guardar silencio, morir al fin. Juan Preciado llega al pueblo de Comala en busca de su padre, el cacique Pedro Páramo. Muy pronto, advierte que el sitio responde a otra lógica; en la página 13, avista a un primer espectro: «al cruzar una bocacalle vi una señora envuelta en su rebozo que desapareció como si no existiera».Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Estado | Notas | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Libro | Biblioteca Dr. Jorge S. Muntaner Coll | 82-31 RUL (Navegar estantería(Abre debajo)) | Disponible | Estantería abierta | 010440 |
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82-7 TWA El diario de Adán y Eva | 82-31 COL Verónica decide morir | 82-34 BEN La muerte y otras sorpresas | 82-31 RUL Pedro Páramo | 82-4 GAL El descubrimiento de América que todavía no fue y otros escritos | 82-312.9 STU Más que humano | 82-31 FUE La muerte de Artemio Cruz |
"Las 159 páginas de Pedro Páramo son atravesadas por ánimas en pena, caballos desbocados, prófugos que regresan a su atroz punto de partida. Territorio donde los tiempos y las identidades se diluyen, la novela sigue el curso circular del mito; nada lineal (ninguna trama con sentido de la consecuencia) puede pasar en ella porque sus personajes han sido expulsados de la Historia; encarnan «un puro vagabundear de gente que murió sin perdón y que no lo conseguirá de ningún modo».
El dominio de Comala es refractario a lo que viene de fuera; quien pisa sus calles se somete a una temporalidad alterna, donde los minutos pasan como una niebla sin rumbo; los personajes, muertos a medias, carecen de otra posteridad que la queja, los rezos y murmullos con los que buscan salir de ese dañino portento, merecer el polvo que ahogue sus palabras, guardar silencio, morir al fin.
Juan Preciado llega al pueblo de Comala en busca de su padre, el cacique Pedro Páramo. Muy pronto, advierte que el sitio responde a otra lógica; en la página 13, avista a un primer espectro: «al cruzar una bocacalle vi una señora envuelta en su rebozo que desapareció como si no existiera».
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