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_cAR-HaUTN
080 _a82-31 RUL
100 _93628
_aRulfo, Juan
245 _aPedro Páramo
250 _a13a ed.
260 _aMéxico, D. F.
_bFondo de cultura económica
_c1975
300 _a128 p.
520 _a"Las 159 páginas de Pedro Páramo son atravesadas por ánimas en pena, caballos desbocados, prófugos que regresan a su atroz punto de partida. Territorio donde los tiempos y las identidades se diluyen, la novela sigue el curso circular del mito; nada lineal (ninguna trama con sentido de la consecuencia) puede pasar en ella porque sus personajes han sido expulsados de la Historia; encarnan «un puro vagabundear de gente que murió sin perdón y que no lo conseguirá de ningún modo». El dominio de Comala es refractario a lo que viene de fuera; quien pisa sus calles se somete a una temporalidad alterna, donde los minutos pasan como una niebla sin rumbo; los personajes, muertos a medias, carecen de otra posteridad que la queja, los rezos y murmullos con los que buscan salir de ese dañino portento, merecer el polvo que ahogue sus palabras, guardar silencio, morir al fin. Juan Preciado llega al pueblo de Comala en busca de su padre, el cacique Pedro Páramo. Muy pronto, advierte que el sitio responde a otra lógica; en la página 13, avista a un primer espectro: «al cruzar una bocacalle vi una señora envuelta en su rebozo que desapareció como si no existiera».
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_aMEXICO
_2Tesauro de educación UNESCO :OIE
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_aNOVELAS
_2Tesauro de educación UNESCO :OIE
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_aLITERATURA
_2Tesauro de educación UNESCO :OIE
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_cBK
999 _c6058
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